Resumen Libro EL DHAMMAPADA La Senda de la Perfección

 



      EL DHAMMAPADA

    La Senda de la  Perfección 

 

PRÓLOGO El Dhammapada es una escritura budista, es un libro sagrado. Para intentar comprender su espíritu es necesario que el lector se acerque con un mínimo de fe. La fe, según Henri Le Saux, «no consiste primariamente en la aceptación mental de determinadas proposiciones, llamadas “datos de revelación”.

 La fe es esencialmente aquel sentido interior mediante el cual el intelecto penetra oscuramente aquellas honduras del propio ser que él mismo percibe que exceden su simple poder de exploración mediante el pensamiento y la percepción sensible».





1. CAMINOS CONTRARIOS



 

«Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que piensan tales pensamientos no estarán libres del odio.

«Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que no piensan tales pensamientos serán libres del odio.

Porque el odio no es vencido por el odio: el odio es vencido por el amor. Esta es una ley eterna.

 Muchos no saben que estamos en este mundo para vivir en armonía. Aquellos que lo saben no luchan entre ellos.

Si un hombre se pone la pura túnica amarilla y su alma es impura, y no está en armonía consigo mismo y no posee la verdad, él no es digno de la sagrada túnica

Pero el que es puro y cuya alma es fuerte en la virtud, y está en armonía consigo mismo y posee la verdad, él es digno de la sagrada túnica.

Así como la lluvia penetra en una casa mal cubierta, las pasiones penetrarán en una mente mal guardada.

Pero así como la lluvia no penetra en una casa bien cubierta, las pasiones no penetran en una mente bien guardada.

Si un hombre dice muchas palabras sagradas, pero dice y no hace, este hombre necio no puede gozar de la vida de santidad: es como un pastor de vacas que cuenta las vacas de su amo.

Mientras que si un hombre dice solo unas pocas palabras sagradas, pero vive la vida de estas palabras, libre de pasiones y odio e ilusión –con visión correcta y una mente libre, sin desear nada ni ahora ni en el tiempo venidero–, la vida de este hombre es una vida de santidad

 

2. LA VIGILANCIA





 

La vigilancia es la senda de la inmortalidad: la negligencia es la senda de la muerte. Aquellos que están vigilantes nunca mueren: aquellos que no están vigilantes ya están como muertos.

El hombre que se eleva en la fe, que siempre recuerda su alto designio, cuya obra es pura, y que cuidadosamente considera su obra, que controlándose a sí mismo vive la vida de perfección, y que siempre, para siempre, está vigilante, este hombre se elevará gloriosamente.

Los hombres que son necios e ignorantes son descuidados y nunca están vigilantes; pero el hombre que vive en la vigilancia la considera su mayor tesoro

Nunca te abandones a la negligencia; nunca te hundas en los flacos placeres y en la lujuria. Aquellos que están vigilantes, en profunda contemplación, alcanzan al final el gozo supremo.

Vigilante entre los negligentes, despierto entre aquellos que duermen, el hombre sabio, como un caballo rápido, corre su carrera dejando atrás aquellos que son lentos.

Fue por la vigilancia que Indra se convirtió en el señor de los dioses, y es por esto que los dioses alaban a quien está vigilante, y la irreflexión es para siempre despreciada.

 

3. LA MENTE




 

La mente es inconstante e inquieta, difícil de guardar y de contener: que el hombre sabio enderece su mente así como el constructor de flechas hace rectas sus flechas.

Oculta en el misterio de la conciencia, la mente, incorpórea, vuela sola muy lejos. Aquellos que consiguen tener sus mentes en armonía se liberan de los lazos de la muerte.

Pero aquel cuya mente, controlándose calmadamente a sí misma, es libre de la atracción de los deseos, que se ha elevado por encima del bien y del mal, él está despierto y no tiene miedo.

Un enemigo puede herir a un enemigo, y un hombre que odia puede hacer daño a otro hombre; pero la propia mente del hombre, si no está bien dirigida, puede hacerle mucho más daño.

Un padre o una madre, o un familiar, pueden ciertamente hacer bien a un hombre; pero su propia mente bien dirigida puede hacerle mucho más bien.

 

4. LAS FLORES DE VIDA




El sabio estudiante conquistará este mundo, y el mundo de los dioses, y también el mundo de Yama, de muerte y de dolor. El sabio estudiante encontrará el DHAMMAPADA, la clara Senda de la Perfección, así como un hombre que busca flores encuentra la flor más bella

Pero la muerte se lleva al hombre que recoge las flores de pasiones sensuales, así como un torrente de aguas impetuosas arrasa un pueblo dormido y prosigue su curso.

Así como la abeja recoge la esencia de una flor y se aleja sin destruir su belleza ni su perfume, así el sabio peregrina en esta vida

Así como de un gran montón de flores se pueden hacer muchas guirnaldas y coronas, así para un mortal, en esta vida, hay muchas buenas obras que se tienen que realizar.

Hay el perfume del sándalo, del baladre, del loto azul y del jazmín; pero de mucho supera el perfume de estas flores el perfume de la virtud.

Y lo mismo que una flor bella que tiene color y también tiene perfume son las bellas palabras fructíferas del hombre que habla y hace lo que dice.

No va muy lejos el perfume de las flores, incluso el del baladre o del sándalo; pero el perfume del bien alcanza el cielo, y entre los dioses es el perfume supremo.

 

5. EL NECIO


Si en el gran viaje de la vida un hombre no puede encontrar a alguien que sea mejor o al menos tan bueno como él, que alegremente haga el camino solo: un necio no puede ayudarlo en su viaje.

«Estos son mis hijos. Esta es mi riqueza.» De esta manera el necio se preocupa. No es ni el amo de sí mismo: ¡cuánto menos de sus hijos y de su riqueza!

Si durante toda su vida el necio vive con un hombre sabio, nunca conoce la senda de la sabiduría, así como la cuchara nunca conoce el gusto de la sopa

Un necio que se cree sabio va por la vida con él como enemigo, y siempre comete malas acciones que al final producen frutos amargos.

Porque cierta acción no está bien hecha cuando una vez realizada uno tiene que arrepentirse; y cuando uno tiene que recoger con lágrimas los frutos amargos de la mala acción.

Un necio puede ayunar mes tras mes comiendo su alimento con la afilada punta de una hoja de la hierba kusa, y su mérito no alcanzará ni la dieciseisava parte del  hombre sabio cuyos pensamientos se alimentan de verdad.

Y si algún día, para su desgracia, el necio aumenta su talento, esto solo destruye su propia mente y su destino deviene peor que antes.

Pero una es la senda de la riqueza mundana y otra es la senda del NIRVANA. Que el seguidor de Buda piense en esto y, sin perseguir la reputación, que en todo momento persiga la libertad.

 

6. EL HOMBRE SABIO




 Presta atención al hombre que te dice tus defectos como si te dijera donde se halla un tesoro oculto, el hombre sabio que te muestra los peligros de la vida. Sigue a este hombre: quien lo siga verá el bien y no el mal.

No tengas por amigos aquellos cuya alma es repugnante; no vayas con los hombres que tienen un alma malvada. Ten por amigos aquellos cuya alma es bella; ve con los hombres cuya alma es buena.

Aquellos que construyen canales para el agua dominan las aguas; los constructores de flechas hacen las flechas rectas; los carpinteros dominan la madera; y los sabios dominan sus propias mentes.

Así como un lago que es puro y sereno y profundo, así deviene el alma del hombre sabio cuando escucha las palabras del DHAMMA.

El que no anhela, ni para él ni para los otros, hijos o poder o riquezas, que no antepone su triunfo al triunfo de la rectitud, es virtuoso, y recto, y sabio.

Pocos cruzan el río del tiempo y son capaces de alcanzar el NIRVANA. La mayoría va arriba y abajo sin dejar nunca este lado del río.

Pero aquellos que cuando conocen la ley siguen la senda de la ley, alcanzarán la otra orilla e irán más allá del reino de la muerte

Porque aquel cuya mente está bien entrenada en los caminos que llevan a la luz, que vence la esclavitud de los apegos y encuentra el gozo en la liberación de la esclavitud, que, libre de la oscuridad de las pasiones, brilla puro en un resplandor de luz, incluso en esta vida mortal accede al inmortal NIRVANA

 

 

7.LA LIBERTAD INFINITA

                       


¡El viajero ha llegado al final de su viaje! En la libertad del Infinito, él es libre de todas las aflicciones, los grilletes que lo encadenaban yacen tirados y la ardiente fiebre de la vida ya no existe.

El hombre que sabiamente controla sus sentidos como el buen cochero controla sus caballos, y que es libre de bajas pasiones y orgullo, es admirado incluso por los dioses.

En la luz de su visión, él ha encontrado su libertad: sus pensamientos son paz, sus palabras son paz y su trabajo es paz.

Y el que es libre de la credulidad desde que ha visto el eterno NIRVANA, que ha roto la esclavitud de la vida inferior y que, mucho más allá de las tentaciones, ha vencido todos sus deseos, él es verdaderamente grande entre los hombres.

 

8.MEJOR QUE MIL




Mejor que mil palabras inútiles es una sola palabra que da paz.

Si un hombre venciera en batalla a mil y mil más, y otro hombre se venciera a sí  mismo, del último sería la más grande victoria, porque la más grande de las  victorias es la victoria sobre uno mismo; y ni los dioses arriba en el cielo ni los demonios en las profundidades pueden convertir en derrota la victoria de un hombre tal.

Si un hombre durante cien años adorara el fuego sagrado en el bosque; y si otro solo por un instante reverenciara a un hombre que se ha vencido a sí mismo, este único acto de reverencia tendría más valor que cien años de adoración.

Y quienquiera que honre a los ancianos ricos en virtud y santidad, en verdad obtendrá cuatro tesoros: larga vida, y salud y poder y gozo.

Mejor que cien años vividos en la ignorancia, sin contemplación, es un solo día de vida vivido en la sabiduría y en profunda contemplación.

Mejor que cien años vividos en la pasividad y en la debilidad es un solo día de vida vivido con coraje y afán de lucha.

Mejor que cien años vividos sin ver la propia inmortalidad es un solo día de vida si uno ve su propia inmortalidad.

 

9.EL BIEN Y EL MAL



Apresúrate y haz lo que está bien; mantén tu mente alejada del mal. Si un hombre es lento en hacer el bien, su mente encuentra placer en el mal.

Si un hombre hace algo bueno, que vuelva a hacerlo una y otra vez. Que encuentre gozo en su bien obrar. Gozosa es la acumulación de buenas acciones.

Un hombre puede encontrar dolor en hacer el bien mientras el bien no dé fruto; pero cuando el fruto del bien viene, entonces ese hombre encuentra en verdad el bien.

No trates un pecado con displicencia, pensando «esto es de poca importancia». Gota a gota se llena la jarra. Así, el hombre necio se llena de mal, aunque lo vaya acumulando poco a poco.

Así como un hombre que no tiene ninguna herida en la mano no puede ser dañado por el veneno que pueda llevar en la mano, ya que el veneno no daña en donde no hay herida, así el hombre que no tiene el mal no puede ser dañado por el mal.

Al necio que hace mal a un hombre que es bueno, a un hombre que es puro y libre de pecado, el mal le retorna como el polvo lanzado contra el viento.

Ni en el firmamento, ni en las profundidades del océano, ni en una cueva en la montaña, ni en ninguna parte, puede un hombre ser libre del mal que ha hecho.



10.LA VIDA





Todos los seres tiemblan ante el peligro, todos temen la muerte. Cuando un hombre piensa en ello, no mata ni es causa de muerte.

El que en pos de la felicidad hiere a otros que también quieren la felicidad, no encontrará al final la felicidad.

Si puedes estar en quietud silenciosa como un gong roto que está silencioso, tú has alcanzado la paz del NIRVANA y tu ira es paz

El que hiere con sus armas a aquellos que son inocentes y puros pronto será visitado por una de estas diez desgracias: atroz dolor o achaque; pérdida de algún miembro o enfermedad terrible; o incluso locura, la pérdida de la mente; la persecución del rey; espantosas acusaciones; la pérdida de posesiones o la pérdida de familiares; o fuego bajado del cielo que queme su casa. Y cuando el hacedor de mal ha dejado de existir, entonces él renace en el infierno.

Pero aunque un hombre lleve ropas delicadas, si vive pacíficamente; y es bueno, se controla a sí mismo, tiene fe y es puro; y si no hace daño a ningún ser vivo, él es un sagrado brahmán, un ermitaño de la reclusión, un monje llamado un Bhikkhu.

Ten fuego como un noble caballo tocado por el látigo. Por la fe, por la virtud y la energía, por la contemplación y la visión profundas, por la sabiduría y la acción adecuada, vencerás los pesares de la vida.

 


11.MÁS ALLÁ DE LA VIDA


 


¡Considera este cuerpo! Un muñeco pintado con miembros articulados, algunas veces sufriendo y cubierto de úlceras, lleno de fantasías, nunca permanente, por siempre cambiante.

Mira estos huesos secados de un blanco grisáceo, como calabazas vacías y secas tiradas al final del verano. ¿Quién sentirá gozo mirándolos?

Los gloriosos carros de los reyes se gastan, y el cuerpo se gasta y envejece; pero la virtud de los buenos nunca envejece, y así ellos pueden enseñar el bien a aquellos que son buenos.

¡Si un hombre no intenta aprender, envejece como un buey! Su cuerpo crece en años, pero su sabiduría no crece.

Aquellos que en su juventud no viven en armonía con ellos mismos, y que no ganan los verdaderos tesoros de la vida, son más tarde como arcos rotos, siempre añorando viejas cosas pasadas y perdidas.



12.LA POSESIÓN DE UNO MISMO



 

Si un hombre se estima a sí mismo, que se guarde bien a sí mismo. De las tres guardias de su vida, que al menos esté vigilante en una.

Si se hace él mismo tan bueno como dice a los otros que han de ser, entonces él en verdad puede enseñar a los otros. Es difícil realmente el autocontrol.

Solo uno mismo puede ser el señor de uno mismo: ¿qué otro, desde fuera, podría ser su señor? Cuando señor y sirviente son uno, entonces hay verdadero progreso y autoposesión.

Es fácil hacer lo que está equivocado, hacer lo que es malo para uno mismo; pero es muy difícil hacer lo que es acertado, hacer lo que es bueno para uno mismo.

Que ningún hombre se distraiga de su deber, el bien de su alma, por el bien de otra cosa, por grande que sea. Cuando haya visto el bien de su alma, que lo siga con todas sus fuerzas.

 


13.¡LEVÁNTATE! VIGILA




¡Levántate! Vigila. Camina por la senda correcta. Quien sigue la senda correcta tiene gozo en este mundo y en el mundo del más allá.

Cuando un hombre considera que este mundo es una burbuja de espuma y una ilusión, entonces el rey de la muerte no tiene poder sobre él.

El que en su juventud era ignorante y más tarde encuentra la sabiduría derrama una luz sobre el mundo como la de la luna cuando sale de entre las nubes.

Este mundo está en verdad en la oscuridad, ¡y cuán pocos consiguen ver la luz! Así como pocos pájaros consiguen escapar de la red, pocas almas consiguen volar en la libertad del cielo.

Un hombre cuyas palabras son mentiras, que transgrede la Gran Ley, y que desdeña el mundo elevado, no hay mal que este hombre no pueda hacer

Mejor que tener poder sobre toda la tierra, mejor que ir al cielo y mejor que dominar los mundos es el gozo del hombre que entra en el río de la vida que conduce al nirvana.

 

 

 

14.EL BUDA




 

¿Por qué camino terrenal podrías tentar al Buda que, disfrutando de todo, puede vagar por los caminos sin marcar del Infinito? – el Buda que está despierto, a quien la red de los deseos venenosos no puede seducir.

Incluso los dioses desean ser como los Budas que están despiertos y vigilantes, que encuentran paz en la contemplación y que, calmos y constantes, encuentran gozo en la renuncia.

No hagas lo que es malo. Haz lo que es bueno. Mantén tu mente pura. Esta es la enseñanza de Buda.

No herir con acciones ni con palabras, el autocontrol tal como es enseñado en las Leyes, la moderación en la comida, la soledad de la propia habitación y de la propia cama, y la práctica de la más elevada conciencia: esta es la enseñanza de los Budas que están despiertos.

El que va a refugiarse en Buda, en la Verdad, en aquellos a quien Buda enseñó, va en verdad a un gran refugio. Verá las cuatro grandes verdades:

El dolor, la causa del dolor, el fin del dolor, y la senda de los ocho grados que lleva al fin del dolor.

Dichoso es el nacimiento de un Buda, dichosa es la enseñanza del DHAMMA, dichosa es la armonía de sus seguidores, dichosa es la vida de aquellos que viven en armonía.




15.EL GOZO




 

¡Vivamos con gozo, con amor entre aquellos que odian! Entre los hombres que odian, vivamos con amor.

¡Vivamos con gozo, aunque no tengamos nada! ¡Con gozo vivamos como espíritus de luz! 

El hambre de pasiones es la mayor enfermedad. La desarmonía es el mayor dolor. Cuando sabes esto bien, entonces sabes que el NIRVANA es el mayor gozo.

Cuando un hombre conoce la soledad del silencio, y siente el gozo de la quietud, es entonces libre de miedo y de pecado y siente el gozo del DHAMMA.

Es un gozo ver a los nobles y los buenos, y estar con ellos hace a uno feliz. ¡Si uno pudiera no ver nunca necios, entonces uno podría ser para siempre feliz!

El que tiene que andar con necios tiene un largo viaje de dolor, ya que estar con un necio es tan doloroso como estar con un enemigo; pero el gozo de estar con el sabio es como el gozo de encontrar a un pariente estimado

 

 

16.LOS PLACERES EFÍMEROS



El que hace lo que no se debe hacer y deja de hacer lo que se debe hacer, el que olvida el verdadero propósito de la vida y se hunde en los placeres efímeros, un día envidiará al hombre que vive en elevada contemplación.

Del placer surge el dolor y del placer surge el miedo. Si un hombre es libre del placer, es libre del miedo y del dolor.

Del deseo surge el dolor y del deseo surge el miedo. Si un hombre es libre del deseo, es libre del miedo y del dolor.

El que tiene virtud y visión, que sigue el DHAMMA, la Senda de la Perfección, cuyas palabras son verdad, y hace la tarea que se ha de hacer, es amado por el mundo.

Así como un hombre que vuelve ileso de un largo viaje a tierras lejanas es recibido con gozo por sus parientes y amigos, de la misma manera las buenas obras en la vida de un hombre le dan la bienvenida en otra vida, con el gozo de un amigo que recibe al amigo en su retorno.

 

17.ABANDONA LA IRA




Al que puede controlar su ira creciente como un cochero controla su carruaje a toda velocidad, a este hombre lo llamo un buen conductor: los otros simplemente aguantan las riendas.

Di la verdad, no cedas a la ira, da lo que puedas al que pide: estos tres peldaños te llevan a los dioses.

Los sabios que no hacen daño a ninguna criatura viva, y que controlan su propio cuerpo, van al inmortal NIRVANA, donde, una vez allí, ya no padecen más.

Aquellos que siempre están vigilantes, que día y noche se estudian a sí mismos y que se entregan totalmente a alcanzar el NIRVANA, son abandonados por todas sus pasiones

Guárdate de la ira del cuerpo: que el cuerpo se controle a sí mismo. No hieras con el cuerpo, sino usa tu cuerpo bien

Hay hombres constantes y sabios cuyos cuerpos, palabras y mentes se controlan a sí mismos. Son los hombres del supremo autocontrol.


 

18.APRESÚRATE Y LUCHA





 Hojas amarillas cuelgan en tu árbol de la vida. Los mensajeros de la muerte están esperando. Irás muy lejos. ¿Tienes provisiones para el viaje?

Haz, por lo tanto, una isla para ti mismo. Apresúrate y lucha. Sé sabio. Sacudido el polvo de las impurezas, y libre de pasiones pecaminosas, serás libre del nacimiento que ha de morir, serás libre de la vejez que acaba en la muerte

Así como la herrumbre sobre el hierro destruye al final el hierro, las transgresiones impuras de un hombre conducen a este hombre a la senda del mal.

El adulterio es pecado en la mujer; la mezquindad es pecado en el benefactor; las malas acciones son en verdad pecados en este mundo y en el venidero.

Pero el que ha arrancado de sí mismo las raíces de la envidia y las ha quemado, entonces él, de día o de noche, puede alcanzar la contemplación suprema.

Pero el mayor de los pecados es en verdad el pecado de la ignorancia. Arroja de ti este pecado, oh hombre, y queda limpio de pecado.

Si un hombre ve los pecados de los otros y para siempre piensa en ellos, sus propios pecados aumentan para siempre y lejos se encuentra del fin de sus faltas.

 

 

19.LA RECTITUD



Un hombre no se halla en la senda de la rectitud si resuelve asuntos con violenta precipitación. Un hombre sabio considera calmadamente lo que es recto y lo que no es recto, y se enfrenta a diferentes opiniones con verdad, no violencia y paz. Este hombre es guardado por la verdad y es un guardián de la verdad. Es recto y sabio.

Un hombre no es un seguidor de la rectitud porque hable con mucha erudición; pero aunque un hombre no sea erudito, si no olvida la recta senda, si su trabajo está hecho rectamente, es un seguidor de la rectitud.

No meramente por palabras corteses y apariencia puede un hombre ser un hombre  de honor, si la envidia, la avaricia y el engaño están en él. Pero aquel que ha arrancado de sí mismo estos tres pecados y es sabio y tiene amor es en verdad un hombre de honor

No se lo llama a un mendicante Bhikkhu porque lleve una vida de mendicante. Un hombre no puede ser un verdadero Bhikkhu si no acepta la ley de la rectitud y rechaza la ley de la carne.

Si un hombre está silencioso solo porque es ignorante o necio, no es un pensador  silencioso, un MUNI que considera y piensa. Pero así como aquel que, cogiendo una balanza, pone en ella lo que es bueno y rechaza lo que es malo, si un hombre considera los dos mundos, es llamado entonces un MUNI de silencio, un hombre que considera y piensa.

No por meros rituales, por mucho saber o elevada concentración, o por una cama de soledad, puedo alcanzar aquel gozo de la libertad que no es alcanzado por la gente del mundo. ¡Mendicante! No tengas autosatisfacción, la victoria aún no ha sido ganada.

 

 20.LA SENDA





La mejor de las sendas es la senda de ocho. La mejor verdad, los cuatro proverbios. El mejor de los estados, la libertad de las pasiones. El mejor de los hombres, aquel que ve.

«Todo es transitorio.» Cuando uno ve esto, está por encima del dolor. Esta es la clara senda.

«Todo es irreal.» Cuando uno ve esto, está por encima del dolor. Esta es la clara senda.

Si un hombre cuando es joven y fuerte no se eleva y lucha cuando tiene que elevarse y luchar, y se hunde así en la pereza y en la falta de determinación, él nunca encontrará la senda de la sabiduría.

El Yoga espiritual lleva a la luz: la falta de Yoga a la oscuridad. Después de considerar las dos sendas, que el hombre sabio camine por la senda que lleva a la luz.

Extirpa el amor a ti mismo como arrancarías un loto mustio en otoño. Lucha en la senda de la paz, la senda del NIRVANA mostrada por Buda.

Porque la muerte se lleva al hombre cuya mente se complace en sí misma con sus hijos y sus rebaños, así como un torrente se lleva el pueblo dormido.

 No hay senda en el firmamento y el monje debe encontrar la senda interior. Todas las cosas en verdad se desvanecen, pero los Budas están para siempre en la Eternidad.

Un hombre que es virtuoso y sabio entiende el significado de esto, y rápidamente se pone con toda su fuerza a abrir una senda hacia el NIRVANA.

 

 

21.LA VIGILIA





Aquel que busca la felicidad para sí mismo haciendo a otros infelices se ata con las cadenas del odio y de ellas no se podrá liberar.

Pero aquellos que están siempre atentos a sus acciones, que no hacen lo que no se debe hacer, son los que son sabios y vigilantes, y sus deseos pecaminosos se extinguen.

Y un santo, un brahmán, está limpio de pecados pasados; aunque hubiera matado a su padre y a su madre, hubiera asesinado a dos nobles reyes y hubiera destruido todo un reino y a sus gentes.

Los seguidores de Buda Gautama están despiertos y para siempre vigilan; y siempre, de día y de noche, recuerdan la Verdad de la Ley.

Los seguidores de Buda Gautama están despiertos y para siempre vigilan; y siempre, de día y de noche, encuentran gozo en el amor a todos los seres.

Si un hombre tiene fe y tiene virtud, entonces tiene verdadera gloria y un verdadero tesoro. Donde quiera que vaya este hombre, allí será honrado.

El que puede estar solo y descansar solo y no está nunca cansado de su gran tarea, puede vivir con alegría, señor de sí mismo, en el margen del bosque de los deseos.

 

 

22.EN LA OSCURIDAD



El que dice lo que no es desciende por el camino del infierno; y el que dice que no ha hecho lo que sabe muy bien que ha hecho. Ambos al final han de sufrir, porque ambos pecaron contra la verdad.

Porque es mejor para un mal hombre tragar una bola de hierro al rojo vivo que comer las ofrendas de alimentos hechas por la buena gente.

Sí. La degradación del alma, un placer temeroso, el peligro de la ley, la senda del infierno. Considerando las cuatro, que un hombre no vaya tras la mujer de otro hombre.

Cuando un hombre tiene que hacer algo, que lo haga con toda su fuerza. Un peregrino negligente solo levanta polvo en el camino, el polvo de deseos peligrosos.

Es mejor no hacer nada que hacer lo que está mal, porque hacer el mal trae dolor abrasador. Haz, por tanto, lo que está bien, porque las buenas acciones nunca traen dolor.

Aquellos que temen lo que no deberían temer, y no temen lo que deberían temer, son hombres de visión muy equivocada y van por la senda que desciende.

Pero aquellos que piensan que lo que es equivocado es equivocado, y que piensan que lo que es correcto es correcto, ellos son los hombres de visión correcta y van por la senda que asciende.

 

23.EL AGUANTE



Se entrenan elefantes para la batalla, y  los reyes montan elefantes especialmente entrenados para ellos. Los hombres mejores se entrenan a sí mismos, pueden soportar la injuria en paz.

Porque no es con esos animales de montar que un hombre alcanza la tierra desconocida. El NIRVANA es alcanzado por aquel hombre que sabiamente, heroicamente, se entrena a sí mismo.

El hombre que es perezoso y glotón, que ingiere grandes comidas y que se complace en la cama, que es como un cerdo alimentado en la pocilga, este necio renace a una vida de muerte.

Encuentra gozo en la vigilancia; guarda bien tu mente. Levántate tú mismo de tu yo más bajo, como un elefante sale por sí mismo del pantano fangoso.

Es grato tener amigos en la necesidad; y compartir la alegría es grato. Es grato haber hecho el bien antes de morir; y abandonar todo dolor es grato.

Si en el viaje de la vida un hombre puede encontrar a un amigo inteligente y sabio que es bueno y se controla a sí mismo, que vaya con este viajero; y en el gozo y la concentración, que venzan los peligros de la ruta.

Es grato gozar de una virtud que acompaña toda la vida; y una firme y pura fe es grata. Es grato alcanzar la sabiduría; y estar libre de pecado es grato.

 

24.LA CONCUPISCENCIA



Y cuando su concupiscencia lo vence, sus dolores se agrandan más y más, como la embrollada enredadera llamada birana.

Pero quienquiera que en este mundo vence su concupiscencia ve cómo sus dolores se desprenden de él, como gotas de agua de una flor de loto.

Lo mismo que un árbol cortado puede volver a crecer si sus raíces no han sido heridas y son poderosas, de la misma manera si las raíces de la concupiscencia no son completamente arrancadas, los dolores volverán una y otra vez

Por todas partes fluyen las corrientes. La enredadera de la concupiscencia crece por todas partes. Si ves la enredadera crecer, corta sus raíces con el poder de la sabiduría.

Los hombres que son perseguidos por la lujuria corren de aquí para allá como una liebre acosada por el cazador. Para que un monje venza la lujuria, debe primero vencer los deseos.

Los sabios no llaman a una cadena fuerte a aquella que está hecha de hierro, de madera o de cáñamo; mucho más fuerte es la cadena de la pasión por el oro y por las joyas, por hijos o por esposas.

Deja el pasado atrás; deja el futuro atrás; deja el presente atrás. Estarás entonces listo para cruzar a la otra orilla. Nunca más retornarás a una vida que acaba en muerte.

Él ha llegado al final de su viaje, no tiembla, su concupiscencia se ha extinguido, es libre de pecado, ha quemado las espinas de la vida: este es su último cuerpo mortal

Lo he vencido todo; lo sé todo, y mi vida es pura; lo he abandonado todo, y soy libre de la concupiscencia. Yo mismo encontré el camino. ¿A quién llamaré Maestro? ¿A quién enseñaré?

Las malas hierbas dañan los campos, las pasiones dañan la naturaleza humana: las ofrendas hechas a aquellos libres de pasiones traen una gran recompensa.

 

 

25.EL MONJE




 

Bueno es el control del cuerpo, y bueno es el control de las palabras; bueno es el control de la mente, y bueno es el control de toda nuestra vida interior. Cuando un monje ha conseguido el perfecto autocontrol, deja todos los dolores atrás.

El monje que habita en la verdad del DHAMMA, cuyo gozo está en la verdad del DHAMMA, que estudia el DHAMMA, y que recuerda la verdad del DHAMMA – este monje nunca abandonará el DHAMMA, la Verdad.

Aunque sea poco lo que un monje reciba, si no desprecia lo que recibe, incluso los dioses alaban a este hombre, cuya vida es pura y llena de empeño.

Cuando con la mente en paz silenciosa un monje entra en su casa vacía, siente el gozo sobrenatural de contemplar la luz de la Verdad.

Este es el principio de la vida de un monje sabio: autocontrol de los sentidos, felicidad, vivir bajo la ley moral, y la asociación con buenos amigos cuya vida sea pura y que constantemente se esfuercen.

Se dice que el monje es un Bhikkhu de paz cuando su cuerpo, sus palabras y su mente son pacíficos, cuando es señor de sí mismo y cuando ha dejado atrás las bajas atracciones del mundo.

En la plenitud del deleite y de la fe en la enseñanza de Buda, el monje mendicante encuentra paz suprema y, más allá del tiempo efímero, encontrará el gozo de la Eternidad, el supremo gozo del NIRVANA

 

 

26.EL BRAHMÁN




Ve más allá del río, brahmán, ve con toda tu alma: deja los deseos atrás. Cuando hayas cruzado el río del Samsara, alcanzarás la tierra del NIRVANA.

Aquel para el cual no hay ni esta ni la otra orilla, ni ambas, que, más allá de todo  miedo, es libre – a él yo lo llamo un brahmán.

De día el sol brilla, y de noche brilla la luna. El guerrero brilla en su armadura, y el sacerdote brahmán en su meditación. Pero el Buda brilla de día y de noche, y en el resplandor de su gloria brilla el hombre que está despierto. 

Uno nunca debe herir a un brahmán; y un brahmán nunca debe devolver mal por mal. ¡Ay del hombre que hiere a un brahmán! ¡Ay del brahmán que devuelve mal por mal

Aquel que no hiere con sus pensamientos, palabras o acciones, que mantiene estos tres bajo control – a él yo lo llamo un brahmán.

Un hombre no deviene un brahmán por sus largos cabellos, por familia o por nacimiento. El hombre en el cual hay verdad y santidad está gozoso y es un brahmán.

No llamo a un hombre un brahmán porque haya nacido de una cierta familia o madre, ya que él puede ser orgulloso y puede ser rico. El hombre que es libre de posesiones y libre de deseos – a él yo lo llamo un brahmán.

Quien ha cortado la correa y la cuerda, con todas sus ataduras, que ha levantado la barra que cierra la puerta, que está despierto – a él yo lo llamo un brahmán.

Quien no se aferra a los placeres sensuales, así como el agua no se aferra a la hoja del loto, o un grano de mostaza a la punta de una aguja – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel cuya visión es profunda, que es sabio, que conoce la senda y lo que hay fuera de la senda, que ha alcanzado el fin más elevado – a él yo lo llamo un brahmán.

Quien es tolerante con el intolerante, pacífico con el violento, libre de codicia con el codicioso – a él yo lo llamo un brahmán.

Quien en este mundo no toma nada no dado a él, sea largo o corto, grande o pequeño, bueno o malo – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel que en su visión es libre de duda y que, teniéndolo todo, no anhela nada, ya que ha alcanzado el inmortal NIRVANA – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel que ha ido más allá de la ilusión del Samsara, el enfangado camino de la transmigración tan difícil de pasar; que ha cruzado a la otra orilla y, libre de dudas y de deseos temporales, ha alcanzado en su profunda contemplación el gozo del NIRVANA – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel que vaga sin una casa en este mundo, dejando atrás los deseos del mundo, y los deseos nunca retornan – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel que es libre de la esclavitud de los hombres y también de la esclavitud de los dioses; que es libre de todas las cosas de la creación – a él yo lo llamo un brahmán.

Aquel cuya senda no es conocida por los hombres, ni por los espíritus o los dioses, que es limpio de toda imperfección, que es un santo, un Arahat – a él yo lo llamo un brahmán

Aquel que conoce el río de sus vidas pasadas y es libre de la vida que acaba en muerte, que conoce el gozo del cielo y los sufrimientos del infierno, porque es uno que ve y cuya visión es pura, que en perfección es uno con la Suprema Perfección – a él yo lo llamo un brahmán.

 

 



KATHERINE FOXON MATUS

Febrero 2021

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